viernes, 30 de noviembre de 2012

Carta al jugador del Córdoba

Antes de entrar en sí en el contenido quiero asegurarme de que si estás leyendo esto, quiero que sepas que el 100% de estas palabras están recogidas desde el más sincero escondrijo de mi corazón.

No hay otro motivo en este texto que intentar comunicarte a ti, jugador del Córdoba, que lo que vas a vivir estas navidades va a ser bonito, precioso, bucólico, estruendoso, vigoroso. Estarás frente a jugadores que lo son todo en tu trabajo, ídolos para muchos, dioses para otros tantos. El mejor equipo de la historia del fútbol viene a una de las ciudades con más historia de España.

Pero para llegar hasta aquí has pasado por bastantes saltos en el camino, varios contrastes como la "manita" a la Ponfe en su casa, y la derrota en el Nuevo Arcángel frente al Hércules, equipo colista de la Liga Adelante. Muchos pensarán que todo comienza este 12 de diciembre, pero ni mucho menos se acercan a la realidad. Ese día comenzará a dar fruto el duro trabajo, duro trabajo que sí tuvo un comienzo, concrétamente  desde que Juan Luna Eslava le dijera, a un por entonces nuevo presidente cordobesista, "Paco Jémez es el hombre que buscas" a Carlos González. Esa frase fue el comienzo de una nueva era para el cordobesismo, una era de ambiciones, pero sobretodo de buen juego.

Con Berges más de lo mismo, con un poco más de crítica, pero el equipo sigue la senda del bonito juego y del ansiado ascenso del que tanto se hablaba por las calles perdidas de la ciudad califal, ascenso del que fuiste privado aquella amarga tarde de domingo en el José Zorrilla frente al Valladolid. Tres goles pucelanos tiraban por la borda, como si de cargas marítimas se tratase, tanto esfuerzo y sacrificio realizado por equipo y afición.

Pero este 26 de noviembre has conseguido devolver las risas a los cordobesistas eliminando a la Real Sociedad en una eliminatoria en la que tú jugabas en el equipo de primera.

Una vez realizada esta pequeña reflexión, ahora sí toca enfocar el texto en lo que vivirás este 12 de diciembre.

Despertarás sabiendo que ese día todo el mundo se fijará en ti, serás el orgullo de los tuyos y de los que se fueron, será un día de reflexión, tus mas allegados tendrán pensamientos del tipo "hace unos años apenas alcanzaba a patear el balón, y fíjate donde se ve", notarás cierto hormigueo en el estómago varias veces, tendrás poco apetito, tu móvil no parará de recibir llamadas, serás el centro de atención.

Llegará el momento en el que, una vez embarcado de camino al estadio, escuchando música y pensando en disfrutar esto al máximo, pienses ¿Porqué yo?, no le des vueltas a eso, el destino te lo tenía preparado.

Pero lo mejor está aún por llegar, ya has sido recibido a las puertas del estadio por miles de cordobesistas al grito de "volveremos a ser grandes, volveremos a ascender" y te encuentras en el vestuario, cambiándote mientras escuchas tu canción favorita, una canción que dote de más magia, si cabe, ese bello momento. Entonces te dice el míster, vamos que hoy espero que estés al 100%, te da una colleja y, a ritmo de "a por ellos oe" subes la escaleras y pisas el césped. Eres recibido la afición con una ovación de gala.

Estás centrado en el calentamiento, en las tácticas, en la música de fondo, en la afición... y de repente, entre hormigueo y hormigueo, alzas la vista y te ves compartiendo césped con campeones del mundo, con campeones de Europa, con ganadores de un triplete mágico, en definitiva, te ves en el mismo estadio con los ayatolás de tu trabajo.

Mirarás por última vez a tus conocidos en la grada, resoplarás y fijarás la vista en las escaleras que te llevan al vestuario, allí escucharás todo lo que lleva el entrenador en sus adentros. A partir de ese momento todo lo demás lo pondrá la magia.

¿Me habré imaginado eso veces? ¿Me habré visto veces solo en el vestuario, con mi canción de fondo, esperando para jugar contra un equipo al que amo tanto? Sí, decir que soy un obseso del fútbol no representa ni un 1% de lo que siento cuando veo rodar el balón, estoy todo el día con el esférico en mi cabeza.

Por eso me dirijo hacia ti, vas a vivir algo por lo que yo pagaría por sentir, algo que nunca tendré la oportunidad de gozar por circunstancias de la vida.

Ya seas culé, merengue, colchonero o del equipo que seas, disfrútalo porque vas a vivir un sueño.

Atentamente, Bartolomé Dobao Vera.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario